En ambas palmas de la mano
se conserva la piedra y el mar
la llave
el depredador se vuelve guía
en el ombligo emergen las seductoras formas de atraer al macho
con los pezones se abraza hasta el último brote de una mirada lúcida
que espera ser raptada por las jaras de la bestia.
Ilustración: Mariana Magdaleno
Ilustración: Mariana Magdaleno
Fotografía: Cynthia Franco
No hay comentarios:
Publicar un comentario