Se me ocurre que yo puedo ser una piedra en forma de ave. Con plumas de aroma
Pimpinella anisum y tú podrías probrarme. Yo pondría mis manos sobre tu espíritu comenzando desde tu pie, y descubriríamos de qué textura estamos hechos. Probablemente comenzaría a llover, cosa muy probable sin duda. Pero qué? A las piedras nos gusta mojarnos y a ti te gustará ser mineral.
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