Tengo el aroma a café de mi casa. Saliva en las palmas de
mis uñas. Tengo el aroma a café de mi casa. El chal verde de mi madre. Tengo el
aroma a café de mi casa. Los ojos cabizbajos, el silbido de la canción favorita
de mi madre. Tengo el aroma a alpiste del patio. El ave macho que sigue
parloteando al aire desde que perdió a su compañera. Hojas blancas regadas con epígrafes.
Ella desorbitando los muebles para acomodar y desacomodar. Para dejar salir
basura. La mesa llena de flores y amarillo, rojo, amarillo, objetos
repetitivos. Orden. Tengo el aroma a café de mi casa. El silencio de las
tardes. Mi madre escribiendo pasajes bíblicos. Sus lentes sobre la mesa. El
chal verde que utilizo ahora yo. Tengo el aroma a café de mi casa. Duerme mi
madre. Duerme tanto. Su llanto hablando de él cuando la visito. Su voz
quebrada. Su voz quebrada. Sus ojos cerrados de placer cuando toma café.
Tortillas quemadas. El aroma. Pastillas en el techo. Tantas pastillas. Tanta
nostalgia en casa. Huele a viejo entre los pasillos. Ella baila en su mente. Cada
vez que estoy en casa lloro. La guitarra soltando una cuerda. Mi madre tiene
pesadillas y reza. Tierra mojada en el puño. Piedras en las láminas. Cada vez
que estoy en casa lloro. Tengo el aroma a las escaleras. A las manos como
manecillas de reloj. Tengo el aroma. Tengo el aroma...
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